¿Unidad del ser o separación entre Dios Padre y Dios Hijo?

Este tema aborda la cuestión de las claras diferencias existentes entre el Padre y el Hijo, que rechazan que se trate de una misma y única persona, como defienden los fieles de la Unidad de la Deidad.

Examinemos en primer lugar Mateo 27:46:

«Hacia esa hora, Jesús gritó con fuerza: ¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?», es decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»

¿Es posible, asumiendo la Unidad de la Deidad o la Trinidad, que Dios se abandone a sí mismo? También vale la pena prestar atención al hecho de que Jesús se refiere a YHWH como su Dios.

En el evangelio de Marcos 14:35-36 según la versión de BLP, leemos las siguientes palabras que contradicen la afirmación de que Jesús es Jehová.

«Se adelantó unos pasos más y, postrándose en tierra, oró pidiéndole a Dios que, si era posible, pasara de él aquel trance.  Decía: ¡Abba, Padre, todo es posible para ti! Líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

Si suponemos que Jehová es Jesús, ¿no debería sorprendernos, entonces, que Jesús se ore a sí mismo? ¿Puede una persona distinta a Dios decir: «no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú»?

El grupo antitrinitario que cree en la «Unidad de la Deidad» reconoce la incompatibilidad del credo de Atanasio con la Biblia. Lamentablemente, este predica una enseñanza contraria a la Biblia que afirma que «Jesús es Jehová».
Los trinitarios, aunque reconocen algunas diferencias entre Dios Padre y Dios Hijo, afirman que las enseñanzas anteriores de los «Unidad de la Deidad» no son más que la «herejía sabeliana», condenada desde hace muchos años.

Lo más extraño de este asunto es que ambos grupos, al argumentar con el resto de los cristianos no trinitarios, citan prácticamente los mismos razonamientos del tipo «Jehová es Jesús» (similitudes en los títulos, etc.).

Desde un punto de vista lógico, si bien sería posible entender el intento de demostrar «la Unidad de la Deidad», los trinitarios se dedican a «demostrar AMBOS».

¿Es Jehová Jesús?

Por otro lado, veamos cómo las afirmaciones del Señor Jesucristo más arriba citadas contradicen claramente tanto los argumentos de los trinitarios como los de los «unitarios».
Si «Jehová es Jesús» o «YHWH = Jesús», ¿cómo se explica la existencia de «diferentes voluntades» y planes de Dios Padre y de Dios Hijo? Al fin y al cabo, deberían ser «uno» tanto en la «Unidad de la Deidad» como en la «Santísima Trinidad».

Si Jehová y Jesús «son iguales» en cuanto a su poder, ¿por qué, entonces, Jesús le pide ayuda a su Padre y recalca que su voluntad (la de su Padre) es más importante que la de Dios Hijo?

• ¿Puede Dios «Trinitario» o Dios de la «Unidad de la Deidad» tener diferentes (opuestas) voluntades y aspiraciones?
• ¿Puede este mismo Ser Divino, como «JEHOVÁ», conocer «el día y la hora» y las profecías del Apocalipsis y, como «JESÚS», no conocerlos, y esperar que «JEHOVÁ» se los revele? (Apocalipsis 1:1, Marcos 13:32)
• Asumiendo que Jesús es Dios, ¿se abandonó a sí mismo?

Estos textos muestran claramente que JEHOVÁ y JESÚS son dos seres completamente independientes: Padre e Hijo. El Padre es «más grande, más poderoso» y por ello el Hijo le pide ayuda y con respeto le dice «no es mi voluntad, sino la tuya la más importante».

Citando los Salmos, Jesús nos muestra que Él es el MESÍAS. ¿Qué significa la palabra «Mesías»? Es «el ungido de Dios» y no «el propio Dios Todopoderoso». Es aquel quien cumple con los mandamientos o misiones que se le han encomendado.
Curiosamente, a una escala mucho menor que nuestro salvador Señor Jesucristo, los ungidos (elegidos por los profetas de Dios) fueron, por ejemplo, los Reyes de Israel.

Estos tenían el deber de representar a Dios y ejercer su autoridad sobre el pueblo elegido. Sin embargo, no encontramos en las Santas Escrituras ningún pasaje que indique que Dios Padre se haya encomendado a sí mismo una misión en la Tierra.

No obstante, en la Biblia se repite en varias ocasiones la información de que Dios JEHOVÁ encomienda a otro la realización de estas tareas.
Al citar el Salmo en Mateo 27:46, Jesús resalta este aspecto de su ministerio, que todo judío debe conocer y entender con precisión.

Es necesario recordar que nos hemos criado en culturas e historias diferentes. Jesús, al ser el MESÍAS, no puede ser parte de la «Trinidad» de Dios ni el mismo Dios Supremo Todopoderoso YHWH.

Cristo pertenece a Dios

Cabe destacar que la Biblia distingue claramente entre Dios y Jesús. Por ejemplo en 1 Corintios 3:23 leemos estas palabras:

«Pero vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios».

¿Qué significa la frase que dice que Cristo es de Dios, en el contexto de que nosotros somos de Cristo? ¿No entra esto en contradicción con la teoría de la Unidad de la Deidad?

En Hechos 4:26 también se habla no de una, sino de dos personas:

«Los reyes de la tierra se han aliado y los poderosos se han confabulado en contra del Señor y de su ungido».

¿No es esto una clara mención a la existencia de dos seres independientes? ¿Es el Señor y su ungido (Cristo) la misma persona?

El clavo final del ataúd para la teoría de la Unidad de la Deidad son los relatos bíblicos en los que vemos las visiones de no una, sino de dos personas: Dios y Jesús.

En el ejemplo de los Hechos de los Apóstoles 7:56, Esteban ve claramente a Dios y a Jesús a su diestra:

«Escuchadme —dijo—, veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie junto a Dios».

Del mismo modo, en otras partes de las Santas Escrituras, se habla no de una, sino de dos personas. En Efesios 1:20 podemos leer:

«Es el poder que Dios desplegó en Cristo al resucitarlo de la muerte y sentarlo en el cielo junto a sí».

¿Cómo es esto posible si hablamos de una única persona?

Te animamos a que reflexiones sobre estos argumentos con la Biblia en la mano.

Si quieres conocer otros argumentos sobre el tema de la Unidad de la Deidad, te invitamos a visitar la página web antytrynitarianie.pl.

Traducido del artículo polaco: Czy Jezus to Jahwe – Mateusza 27: 46